El rural está despegando, es un hecho.
Vivimos una época difícil en todos los sentidos. Hay un antes y un después desde que el covid llegó a nuestras vidas. Todos estos cambios y circunstancias nos están obligando a replantearnos muchas cosas. Aunque a mí no me gusta verlo como una obligación. Me gusta interpretarlo como una revelación «gratuita» otorgada por la propia vida.
Sea como sea éste es quizás el momento clave para comprender cuál es el verdadero potencial del medio rural y otorgarle por fin la visibilidad que tanto se merece.
Medio rural, medio urbano. Ambos tienen sus ventajas y sus desventajas; así como atractivos muy distintos. Sin embargo a día de hoy tengo clarísimo que la verdadera calidad de vida se encuentra en el primero.
¿Cuántos de vosotros compartís esta idea? ¿Podríais replantearos vuestras vidas e instalaros en el campo?
Suena muy bonito. Pero lo cierto es que en definitiva, son muy pocos los que realmente se plantean dar el paso. Y es que no es una decisión fácil. No todas aquellas personas a las que por alguna razón se le pasa por la cabeza dar ese giro de 360º, pueden liarse la manta a la cabeza y cambiar de vida.
Pues bien, yo soy una de esas personas que se planteó dar el paso y que sí se lió la manta a la cabeza y se mudó al rural.
Pero ojo, como cualquier nuevo proyecto, tomar esta decisión llevó su tiempo. Hay una parte emocional en todo esto, pero es muy importante que la parte racional sea aún más fuerte. Son muchos, muchísimos los puntos que deben ser analizados y resueltos desde una perspectiva racional. El proceso, sea cual sea, no es sencillo os lo aseguro. Pero aún así, puedo decir con la boca bien grande que merece realmente la pena.
Vivir en contacto con la naturaleza te hace pensar de una manera más simple, más «slow».
Es curioso como viviendo en un hábitat más natural en el que animales, vegetación y viejas costumbres están siempre presentes; te hacen entender que en este contexto los verdaderos lujos no son los materiales. Llegas a la conclusión de que a pesar de estar lejos de la urbe, de las prisas, del caos; no te estás perdiendo nada. Todo lo contrario. Te das cuenta de que estás aprovechando el tiempo y las cosas que realmente importan más que nunca.
¿Llegaremos a vivir un éxodo urbano? ¿Cómo lo veis?
Larga vida al rural.