San Andrés de Teixido. «Vai de morto quen non vai de vivo»

Y… ¡“Eu fun de viva”! 

Sí, yo ya puedo decir que he visitado San Andrés de Teixido bien vivita y coleando.

Este pasado fin de semana subí a explorar una parte de la comarca de A Mariña occidental lucense que no conocía. El norte de la provincia de Lugo esconde tantas maravillas. ¡Y yo quiero descubrirlas todas! 

Hace muchos años que no visitaba el norte de Lugo, y me interesa mucho ponerme al día. Así que ésta será la excusa para subir más a menudo. Y es que desde Lugo ciudad, cualquier punto de la zona de A Mariña queda a tan solo una hora y media larga en coche. 

Salí de casa el viernes a última hora de la tarde, aquí en Paradela hacía buen día, un poco de viento pero el sol brillaba y la temperatura era más que agradable. Pero en cuanto pasé Lugo dirección Villalba y desde ahí subir hacia a Viveiro, la meteorología cambio radicalmente. “This is Galicia”. 

Cielo y nubes completamente grises, y buenas ráfagas de viento laterales azotaban mi pequeño suzuki swift rojo. Y de repente, la lluvia. Sortee la pequeña tormenta a través de la carretera AG-64 y la carretera LU-540. Desde ésta última llegué a Viveiro, pero llegué de noche. Y puesto que dormía en O Vicedo, no tuve tiempo a pararme y echar un buen vistazo, en particular al casco antiguo. Adoro perderme por los centros históricos de los pueblos y ciudades.

Hice un mini rodeo en coche por la zona urbana de la ría de Viveiro hasta llegar a la puerta de

Carlos VI (puerta plateresca de la antigua muralla de Viveiro construida en el s.XVI). Y desde allí crucé la ría por el Ponte da Misericordia para seguir conduciendo hasta O Vicedo, situado a unos 15km.

Mi despertar la mañana del sábado fue musicalmente genial… Resulta que en O Vicedo estaban en fiestas, y a las gaitas y a los gaiteros les tocaba tomar el pueblo esa mañana. Lo más.

El propósito de esta escapada era visitar San Andrés de Teixido para encontrarme con Jorge Bellón, uno de los últimos artesanos productores de los famosos sanandresiños típicos de este pueblo. Puesto que para ir hasta allí escogí hacer la ruta desde A Mariña, aproveché para ir a ver una localización a la que le tenía muchas ganas y que me pillaba de camino: O Fuciño do Porco, (el nombre oficial: Punta Socastro).

Se trata de una ruta de senderismo de 5km de recorrido abrazada por las tantas especies de eucalipto características de esta zona norte gallega, hasta llegar al último tramo de una pasarela de madera que te adentra al mar a través de un

escarpado camino que bordea los espectaculares acantilados. 

O Fuciño do Porco (“el hocico del cerdo”), es una parada obligada para aquellos que estéis haciendo ruta por el territorio, creedme. Tened en cuenta que desde septiembre a junio es posible visitar esta joya natural sin reserva. Sin embargo los meses de julio y agosto es imprescindible gestionar vuestra reserva a través de la web oficial https://puntafucinodoporco.gal/es/inicio/

De vuelta al coche, después de unos aproximadamente 45 minutos de sendero con unas vistas impresionantes, reactivé la ruta en dirección San Andrés de Teixido (provincia de Coruña). Serpenteando playas, pequeñas calas y más acantilados. El primer pueblo que vais a encontrar cuando crucéis de la provincia de Lugo a la provincia de Coruña por A Mariña lucense, será O Barqueiro. Un pueblo realmente bonito que conserva su esencia de tradición pesquera en todas sus esquinas. Desde aquí tenéis la recomendable opción de visitar Bares e incluso realizar una ruta de senderismo hasta el Faro de Estaca de Bares.

Hasta llegar al municipio de Cedeira, del cual forma parte San Andrés de Teixido, deberemos atravesar otros varios pueblos de playa muy conocidos: Loiba, Espasante y A Ponte de Mera, entre otros. 

A partir de aquí se debe cruzar A Serra de Capelada por una carretera verdaderamente estrecha, con varios apeaderos laterales para facilitar la circulación de doble sentido y en los cuales es bastante probable que la temperatura descienda, la niebla os invada y el viento sople con fuerza. Pero eso no os impedirá alucinar con la naturaleza intensamente salvaje que tendréis a vuestro alrededor. Podréis ver caballos en libertad con sus potrillos campando a sus anchas, vacas pastando o incluso cruzando la carretera sin miedo alguno; así como llegar a través de un extenso parque eólico a asomaros algunos de los acantilados más altos de la costa cantábrica y unos de los más altos de Europa ubicados entre las rías de Ortigueira y Cedeira.

Una vez descendida A Serra de Capelada, San Andrés de Teixido sólo está a unos 5 minutos y unas pocas curvas más. Se debe aparcar el coche en una zona de aparcamiento situada justo antes de la entrada al pueblo, puesto que el mismo, es únicamente peatonal. Y a partir de aquí, a disfrutar de una visita realmente especial. Tan especial que mi bienvenida me la hicieron un par de  cabras que circulaban por allí con total tranquilidad y preferencia.

San Andrés de Teixido es un pueblo muy turístico, no nos vamos a engañar. Pero aún así, no posee un ambiente explotado ni saturado. La única calle que te recibe cuando accedes al lugar está repleta de tiendecitas en las que se vende artesanía, productos locales, souvenirs y como no, unos amuletos llenos de simbolismo e historia: los famosos Sanandresiños.

Sólo son tres familias a día de hoy, que prosiguen con la elaboración artesanal de los Sanandresiños hechos con miga de pan cocida. Y una de ellas, es la de Jorge Bellón, nativo de San Andrés de Teixido y gran embajador de estas piezas llenas de color allá donde va gracias a que forma parte del proyecto y fundación Artesanía de Galicia.

Son 8 los Sanandresiños que actualmente se siguen realizando:

La Mano, amuleto para los estudios.

La Escalera, amuleto para el trabajo.

La Sardina, amuleto para el alimento. Disponible en la boutique de Rural o Urbano .

La Flor, amuleto para el amor (“Flor de namorar”). Disponible en la boutique de Rural o Urbano.

Disponible en nuestra boutique.

La Corona, amuleto para la protección. Disponible en la boutique de Rural o Urbano.

El Santo, amuleto para la salud y la amistad.

La Paloma, amuleto para la paz.

La Barca, amuleto para los viajes.

Dice la tradición, que todo aquel que tenga los “Sanandresiños” estará siempre acompañado por la suerte.

Ya habíamos hablado en varias ocasiones, pero esta vez pude conocer finalmente a Jorge en su punto de venta así como también a su mujer. Encantadores. Me explicaron con mucho entusiasmo varios de los detalles de la hist

oria de este pueblo tan particular. San Andrés de Teixido es sede de peregrinaje desde muchísimo antes de que lo fuera Santiago de Compostela. Éste detalle ya es bastante fascinante. ¡Y es que se habla de rastros de peregrinajes que datan de la Edad de Hierro!

El santuario de San Andrés de Teixido se ubica en la pequeña iglesia situada en el centro la aldea con unas vistas al mar extraordinarias. Aquí nos recibe la de San Andrés con su llamativa capa roja y un minucioso retablo de estilo barroco. A pocos metros y en una zona subterránea se encuentra la gruta del santo y sus exvotos. Una pequeña cueva donde la imagen de San Andrés también presente recibe gran cantidad de las ofrendas de cera que depositan los múltiples visitantes y que se pueden comprar en varios pequeños comercios del lugar.

Mi escapada tuvo buen remate gastronómico. Antes de volver a ponerme en ruta para regresar a Lugo. Decidí saborear un buen platiño de pulpo a feira (mi favorito), unos pocos percebes y un poco de secreto con patatas fritas. Madre mía… Gloria bendita. Pura gloria bendita acompañada de una buena copita de albariño.

¡Salud y buenos viajes!