Viveiro, Xove y San Cibrao, tres pintorescos pueblos de A Mariña lucense en Galicia, ofrecen una experiencia sensacional a cualquier visitante.
Conoceréis la esencia y la personalidad tan particular de la que que se caracteriza esta zona de la costa de la provincia de Lugo. Ya sea explorando la rica historia de Viveiro (Concello de Viveiro, Lugo), callejeando por su empedrado casco viejo. Gozando de una buena tarde de playa en calma en muchas de las playas cristalinas de Xove. U observando el día a día de la vida marinera de San Cibrao.
Y es que A Mariña lucense tiene mucho que ofrecer a todos aquellos que buscan realizar una escapada tranquila, llena de encanto y sin grandes masas de turismo por el norte de Galicia. Es un destino auténtico. En el que la naturaleza, verde y exuberante, cada uno de sus increíbles “balcones” al Cantábrico y su deliciosa gastronomía os conquistarán sin duda alguna.
A la ciudad de Viveiro, también se la conoce como la “Ciudad de los Caballeros”. Ésta posee una rica historia que se remonta a la Edad Media. Es por supuesto más que recomendable perderse por sus “rúas”, observar por minutos los edificios arquitectónicamente típicos de ésta zona en los que destacan sus galerías cuadriculadas; o sentarse a tomarse un buen café en alguna de sus plazas.
Si de una cosa puede presumir Viveiro es de estar literalmente emplazada en un paraíso natural. La ciudad queda bañada por su ría, la cual lleva su mismo nombre. A pocos minutos de la misma, encontraréis playas casi salvajes que os dejarán sin palabras. Así como lugares de interés turístico como por ejemplo O Fuciño do Porco en O Vicedo (más info sobre esta localización aquí).
Xove (Concello de Xove, Lugo), es un pueblo bastante más pequeño. Se localiza entre Viveiro y San Cibrao y al cual se puede llegar fácilmente en coche a través de la carretera LU-862. Aquí vais a descubrir aldeas rurales a las que llegaréis a través de carreteras secundarias y por las que a veces, es tal la frondosidad de los árboles que se os hará difícil divisar el cielo. Aldeas aisladas, con muchas de sus casitas parecidas a esas que podríais encontrar en cualquier rincón de la franja atlántica.
En Xove os asomaréis a acantilados escarpados, disfrutaréis de pequeñas calas y extraordinarias playas como las de Portocelo, Morás o Esteiro; y os perderéis por bosques muy espesos. Pero sin duda, es “obligatorio” desplazarse hasta Punta Roncadoira. Donde os espera el majestuoso faro Roncadoiro desde el que divisaréis el inmenso azul del mar Cantábrico. Os recomiendo que, una vez allí, os animéis a subir a pie a Monte Castelo, situado en la parte más alta de Punta Roncadoira, en la que vais a poder sentaros en O Banco de Poñente y gozaros unas vista que no tienen precio.
San Cibrao (Concello de O Cervo, Lugo), situado justos después de Xove, es un pequeñito pueblo marinero caracterizado por su puerto pesquero, su faro y su relajada vida en torno al mar. Sus playas locales, de aguas reposadas y transparentes, son quizás, su joya más preciada. Todas se localizan a los pies del faro de Punta Atalaia. Como también uno de los miradores más hipnóticos que he tenido la suerte de visitar últimamente. O Miradoiro da Atalaia, construido y levantado en la misma roca y rematado con una enorme cristalera que te permite divisar a la perfección el islote Anxuela.
Cierto es que la meteorología de A Mariña lucense no es precisamente cálida y soleada durante la mayor parte de año. Pero esto no os debe echar atrás a la hora de visitar este territorio gallego. Si hay algo que haga especialmente enigmática a A Mariña lucense, es precisamente su climatología. La cual, digamos que por suerte, hace que cada una de sus localizaciones y pequeños escondites sigan permaneciendo casi remotos y románticamente aislados.
Así que si os interesa visitar esta parte norte de Galicia, venid dispuestos a desconectar, a desconectar de verdad. ¡Perderse por A Mariña lucense siempre es un buen plan! 😉