La mimosa, despliegue de color efímero.

La mimosa en flor transforma nuestro querido rural lucense justo en ésta época del año.

La mimosa (acacia dealbata) es una especie arbustiva o arbórea fuerte, de hecho es invasora y capaz de resurgir en terrenos desolados. Dependiendo de la zona, altitud y localización, la flor de la mimosa comienza a invadir campos, bosques y senderos a mediados de invierno, principalmente a finales de enero o durante los primeros días de febrero.

Es en este momento, cuando vivimos un despliegue de color efímero que marca la llegada de la primavera.

La flor de la mimosa y su característico y vivo color amarillo es un espectáculo natural que inunda todo el paisaje gallego. Su fragancia impregna el aire, anunciando la llegada de días más cálidos.

Pero es que la flor de la mimosa no solo es una alegría visual; ya que su versatilidad la convierte en un elemento natural perfecto para decorar y celebrar la primavera. Y es que es ideal para crear fantásticos arreglos florales. En ramos, coronas o dispuestas en jarrones, la flor de la mimosa siempre aporta un toque rústico y original en cualquier espacio.

¿Sabías que la mimosa se asocia a la amistad, a la elegancia y a la feminidad? Desde 1946 es utilizada como símbolo del Día Internacional de la Mujer; y es que parece ser que cuando finalizó la II Guerra Mundial, tres políticas italianas (Teresa Noce, Rita Montagnana y Teresa Mattei) decidieron lucir esta flor en su solapa como símbolo de fuerza, valentía y admiración entre ellas el día 8 de marzo. Es por eso que en Italia, desde entonces, es tradición que durante esta celebración las mujeres reciban como regalo un pequeño ramillete de mimosas.

En Rural o Urbano adoramos las flores, y la de la mimosa es una de nuestras favoritas. Nos encanta llenar y decorar nuestros capazos de palma, sean del tamaño que sean, con abundantes ramos de mimosa recogida a nuestro alrededor.